Mira cómo sonríe Ricciardo mientras te gana



Nacido en Perth en 1989, Daniel Ricciardo comenzó a conducir karts con sólo 9 años, inspirado en Ayrton Senna. Como la mayoría de los chavales de su edad, su evolución le condujo de manera natural a los monoplazas. En 2005 ingresó en la serie Fórmula Ford de Australia y, a pesar de conducir un coche poco competitivo, hizo lo suficiente para llamar la atención y ganarse una beca para la siguiente temporada de la Formula BMW Asia.

Tras conseguir dos victorias y 10 podios en su campaña de debú en esta competición con el equipo Eurasia, Ricciardo logró acabar tercero ese año y se ganó su pasaporte para la serie británica de la Formula BMW. Ahí logró finalizar quinto.

En 2007 se pasó a la Formula Renault. Fue sexto. Su siguiente incursión europea fue mejor y pronto comenzaron a llegar las victorias y los títulos. De repente se vio ganando campeonatos (en F3 se movía como pez en el agua) y trabajando duro en el simulador de Fórmula 1 en la sede de Red Bull en Milton Keynes, Reino Unido, colaborando con los ingenieros de pruebas y probando suerte en tests para jóvenes pilotos.

En 2011 fue designado para ser el tercer piloto de Toro Rosso. Sus grandes actuaciones de los viernes hicieron correr el rumor de que terminaría sustituyendo a Sebastien Buemi o Jaime Alguersuari como piloto titular. No obstante, su debú en la F1 fue con HRT, que había firmado un acuerdo de colaboración con Red Bull para apoyar "la formación y el desarrollo" de Ricciardo antes de ser incorporado por alguno de los equipos en propiedad de Red Bull. Ese equipo resultó ser Toro Rosso, que lo fichó en 2012.

Su compañero de equipo en el equipo B de Red Bull fue Jean-Eric Vergne, ante el que Ricciardo se mostró netamente superior. Al final del año Toro Rosso premió al australiano con un nuevo contrato para la temporada 2013 y, finalmente, se convirtió en el sustituto de su compatriota Marc Webber a los mandos de un Red Bull.

daniel ricardo infiniti red bull formula 1

Esta temporada, en la que su compañero, el tetracampeón Sebastian Vettel parece haber heredado el gafe de Webber, Ricciardo ha mantenido el tipo ante el aplastante dominio de los Mercedes. Y a poco que se han despistado ha conseguido convertirse en el tercer piloto en subirse a lo más alto del podio, tras Rosberg y Hamilton. Y el chaval promete seguir dando guerra. Y todo eso con su sempiterna sonrisa.

0 comentarios :

Publicar un comentario

Deja tu opinión aquí. No se requieren buenos modales, aunque se agradecen.