¿Hasta cuándo esperamos a Alonso?

Lo de Fernando Alonso es digno de análisis. No lo suyo, sino el circo que le rodea. El domingo hizo una carrera tremenda, incluyendo un brutal adelantamiento a su compañero Kimi Raikkonen... para ser sexto. Tal cual lo tuiteamos durante el Gran Premio de España. Demasiado bombo para un resultado tan pobre.

A la prensa del motor, por la parte española, le duele la boca de decirnos que el asturiano tiene las mejores manos de la Formula 1 y se sugiere que Ferrari, la escudería más laureada de todos los tiempos, la más longeva y el mayor presupuesto del paddock, no le hace justicia al piloto español. Como esos entrenadores endiosados que ganan ellos los partidos cuando no los pierden los futbolistas.

Guiada por el nacional-alonsismo, la afición despreció el mérito que pudieran tener Hamilton o Vettel cuando le arrancaron las pegatinas a Alonso en los últimos años. Era cosa del coche. Pero lo cierto es que Alonso va camino de los nueve años de sequía. Algo de culpa tendrá el hombre, aunque sea elegir mal el equipo al que llevar sus privilegiadas manos. Y aunque ese equipo sea Ferrari.