Hay varios ingredientes que hacen de los moscovitas unos verdaderos temerarios al volante. De entrada, puedes encontrarte fácilmente con carreteras de seis, siete u ocho carriles en sentido único haciendo de circunvalación dentro de la propia ciudad, rodeando el centro más centro de Moscú. Por si esto no fuera una invitación para pisar el acelerador, en sus famosas autopistas urbanas las señales de tráfico no son tomadas demasiado en serio. Los rusos conducen por hasta por los arcenes y sin noción de velocidad.
La capital rusa no parece pensada para el peatón, pero al menos le ponen a salvo permitiéndole cruzar estas anchísimas vías con pasos subterráneos. Cuando los observas, los moscovitas parecen tener más de estadounidenses que de europeos, y de los del salvaje oeste. No son, por tanto, unos conductores fuera de su contexto geográfico, sino también una anacronía al volante. Mucho cuidado si alquilas un vehículo para conocer la Madre Rusia.
Y para vosotros, ¿en qué ciudad se conduce peor de todo el mundo?
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